La industria alimentaria, incluido el sector de restauración, debe garantizar que todo lo que entra en su empresa está en condiciones de salubridad adecuadas y que se distribuye a los clientes en las mismas condiciones.
Los puntos donde el alimento se puede contaminar pueden ser múltiples: en el transporte (por suciedad del vehículo, contacto con otros productos, manipulación no higiénica del transportista, etc.), en el almacenamiento (estiba inadecuada, temperatura de almacenamiento incorrecta, etc.), en la manipulación (contaminación por parte del operario por lavado incorrecto de manos, contaminación por máquinas con un procedimiento incorrecto de limpieza , contaminación por contacto con otras materias primas, etc.), en el envasado (contaminación por envases en condiciones inadecuadas), etc.